Responsabilidad ambiental

A lo largo de la historia ha habido muchos accidentes ambientales que han causado daños al medio ambiente debido a una acción humana. Algunos de estos accidentes han sido especialmente significativos,  haciendo que la sociedad comience a considerar el medio ambiente como una prioridad, hecho que se ha  traducido en un incremento de la presión legislativa.  El tratamiento de los riesgos ambientales, entendidos como posibles situaciones accidentales asociadas a la actividad empresarial, queda recogido en el marco legal creado por la Directiva 2004/35/CE, del Parlamento Europeo y del  Consejo, de 21 de abril de 2004, incorporada al ordenamiento jurídico interno por la Ley 26/2007, de 23 de octubre, de Responsabilidad Medioambiental. Esta Ley, desarrollada parcialmente por medio del Real Decreto 2090/2008, establece un régimen administrativo de responsabilidad ambiental orientado a la reparación y basado en el principio de quien contamina paga. Hasta el momento, el incumplimiento de las normas y procedimientos vigentes implicaba una sanción de carácter administrativo o penal, pero no se contemplaba la reparación del daño ambiental causado.

El ámbito de aplicación de la Ley incluye los daños y las amenazas inminentes de daños a las aguas, a la ribera del mar y de las rías, al suelo y a las especies de flora y fauna silvestres, así como a los hábitats, quedando excluidos los daños al aire, a las personas y a la propiedad privada.

Cabe destacar que contempla que se pueda exigir responsabilidad ambiental en un periodo máximo de 30 años desde que se inició el daño, desde la entrada en vigor de la ley, desde el 25 de Octubre de 2007. Aunque sus efectos se retrotraen al 30 de Abril de 2007.

Esta norma es de aplicación a todas las empresas que puedan causar daños ambientales y obliga a prevenirlos, evitarlos y repararlos, devolviendo los recursos naturales dañados al estado original. Si bien la Ley distingue  aquellas actividades recogidas en su anexo III, para las que se exigirá responsabilidad ambiental con carácter objetivo; es decir incluso cuando no haya cometido ninguna infracción administrativa y haya actuado de acuerdo con la normativa aplicable. En el caso de las actividades no recogidas en el anexo III, se les exigirá responsabilidad ambiental cuando medie dolo, culpa o negligencia.

De entre todas las actividades que se citan en el anexo III, destacar que se incluye la fabricación, utilización, almacenamiento, liberación en el medio ambiente y transporte de sustancias y preparados peligrosos, por lo tanto cualquier actividad que utilice sustancias peligrosas está incluida en este anexo, sin tener en cuenta si es una pequeña o gran cantidad.

Las principales obligaciones para éstas empresas (anexo III) son la obligación de constituir garantías financieras por responsabilidad ambiental, si se prevé que la empresa pueda ocasionar daños cuya reparación se evalúe por una cantidad igual o superior a 300.000 euros, límite que asciende a 2.000.000 de euros en caso de que la empresa disponga de la certificación ISO 14001:2004 o bien esté adherida al Sistema Comunitario EMAS (Sistema Comunitario de Gestión y Auditoría  ambientales)

A día de hoy no es obligatorio disponer de esta garantía financiera por responsabilidad ambiental, pues  en la Orden ARM/1783/2011, de 22 de junio, se establece el orden de prioridad y calendario para aprobación de órdenes ministeriales a partir de las cuales será exigible la constitución de garantía financiera obligatoria. En estas órdenes se dará a conocer la fecha límite para que las empresas dispongan de esta garantía ambiental, y para ello la empresa deberá de realizar el Análisis de Riesgo Ambiental, que puede realizarse según la norma UNE 150.008, y una vez validado por una entidad acreditada, presentarlo ante el organismo competente, en las Baleares la Conselleria de Agricultura, Medi Ambient i Territori, quien establecerá el importe de la garantía.

Las fechas de publicación de las órdenes, para actividades de prioridad 1, será a partir de junio 2013/ 2014, siendo actividades prioridad 1  Instalaciones para la valorización de residuos peligrosos, incluida la gestión de aceites usados, o para la eliminación de dichos residuos en lugares distintos de los vertederos, de una capacidad de más de 10 toneladas por día

Las fechas de publicación de las órdenes, para actividades de prioridad 2, será a partir de junio 2014/ 2016, siendo actividades prioridad 2 Coquerías.

Las fechas de publicación de las órdenes, para actividades de prioridad 3, será a partir de junio 2016/ 2019, siendo actividades prioridad 3, transporte de mercancías peligrosas, venta al por menor de combustible, Mantenimiento y reparación de vehículos de motor., servicios hospitalarios…

Cabe destacar que existen y se están creando herramientas sectoriales, para realizar el Análisis de Riesgos Ambientales, no obstante hasta que no estén aprobadas por parte de la Comisión Técnica de Prevención y Reparación de Daños Ambientales no podrán utilizarse.

También está pendiente que la Comisión Técnica de Prevención y Reparación de Daños Ambientales determine la acreditación y criterios de las entidades que verifiquen los análisis de riesgos.

No obstante no sea obligatoria la garantía financiera ambiental, sí que ya es exigible esta responsabilidad ambiental en caso de daños al medio ambiente por parte una empresa.

Susana Domènech

GRUPO DAPHNIA Servicios ambientales

Personas como fuente de participación y motivación

Tras 14 años trabajando en la Sanidad Pública puedo confirmar que al finalizar cursos y sesiones de formación diversa (especifica del sector, de gestión de calidad, medio ambiente, prevención, etc.) siempre se obtiene un grupo de personas receptivas y con iniciativa y a veces al clarificar dudas surgidas en la formación se da píe y pistas de donde podemos mejorar. Esto es un claro ejemplo de la importancia de la personas en una organización, de la importancia de su participación activa y del uso de los foros y las herramientas de comunicación que hay a su alcance. Para qué:  para hacer llegar las buenas ideas, las buenas prácticas y la posibilidad de mejora continua a aquellas personas de la organización que pueden decidir y poner en marcha la idea o buena práctica sugerida o manifestada por escrito.

Ésto, como muchas cosas de la vida, también se puede hacer extensible a la sociedad. Estamos en una época en la que se debería buscar la  unión, la tolerancia y el consenso por mismo fin, en la que se deberían valorar los logros y los avances de las personas, entre otras causas, para levantar ánimos y no darnos por vencidos. Porque como en muchas empresas y organizaciones de este país y en concreto de Baleares los ánimos decaen y eso pasa factura, a corto y largo plazo.

Donde yo trabajo, en el Hospital de Manacor, los profesionales siguen creyendo en la calidad de servicio y en la excelencia en la gestión. Traducido en palabras coloquiales: desde que se inauguró en 1997 es un hospital que cuenta con las ganas de avanzar de los profesionales implicados en los proyectos y con la experiencia de grandes profesionales que saben trabajar en equipo para alcanzar sus objetivos. Podemos afirmar que en comparación con otros centros hospitalarios somos el más eficiente y rentable. Esto quiere decir que con los recursos de que disponemos ofrecemos el mejor servicio posible cumpliendo con estándares reconocidos internacionalmente. Esto último sólo es posible gracias al apoyo y la implicación de los profesionales y la confianza de los ciudadanos del área de influencia del hospital.

Es época de estar atentos a las oportunidades y a lo que está pasando, no sólo a las áreas de mejora, sino también atentos para potenciar aquellos valores y actitudes que pese a las circunstancias están a la altura, asegurando unos mínimos de seguridad del paciente, de los trabajadores y del entorno en el que nos encontramos. Aquello a lo que muchas organizaciones y empresas llaman valor social, responsabilidad social (RSC), cuarto sector, etc. En definitiva, con los medios de que disponemos dar el mejor servicio posible intentando asegurar objetivamente que lo hacemos correctamente, así que esto no debería considerarse un trabajo extraordinario sino propio de nuestra labor.

Con esta base el Hospital de Manacor arrancó su proyecto de Calidad Total con una autoevaluación EFQM en 1999, una segunda autoevaluación en 2002 y a partir de 2004, desde que se constituyó el Premio Balears Excel·lent organizado por el IDI, el Hospital de Manacor ha presentado su memoria de gestión y ha sido evaluado externamente en 2004, 2006, 2008, 2010 y en 2012. Al igual que en otras autonomías la Conselleria de Salut i Consum de Baleares ha publicado el Decreto 46/2012 por el que todos los hospitales públicos y aquellos privados que quieran concertar actividad  deberán pasar una evaluación cada 4 años según el Modelo de Acreditación que se cita en dicho decreto. Es decir, a partir de 2013 nuestras autoevaluaciones seguirán dicho modelo. Consideremos una oportunidad de seguir mejorando.

Al hilo del tema me gustaría citar la aportación de un experto en gestión:

Estamos en un tiempo de necesidad, de deseos de que en el horizonte se vislumbre más claramente el cambio de paradigma, y de que nos invada cotidianamente una nueva forma de ver, una renovada capacidad de restaurar las condiciones de trabajo con todo el esfuerzo que llevamos acumulado. La ética no tiene porqué ponerse de rodillas ante los mecanismos valoradores de la producción. Antes bien, estamos ya en disposición de medir y cuantificar la aportación de la RSE fundamentada en valores, a la organización, y como la ausencia de valores es desastrosa, incapacitante, inmovilista, y sobre todo nos aleja de la realidad. Por vía de la calidad, la ética profesional y las condiciones dignas y humanas en las organizaciones, han dejado en ridículo a los sistemas tácticos que pretendían acaparar TODO y a TODOS, y han devuelto a las personas al centro de las organizaciones y los sistemas, la perdurabilidad de las empresas y organizaciones gravita ya de forma muy clara en el compromiso con lo realmente humano. (Luis Salgado Casanova).

 Tras lo descrito por Luís Salgado cómo mantener un sistema de gestión integrado a pesar de las circunstancias actuales y las amenazas externas (presión social, posible externalización de sistemas, etc). Gracias a los valores básicos que comparten los profesionales del hospital. Desde hace 15 años existen personas que realizan activamente su trabajo, según los acuerdos y los protocolos descritos por consenso de sus compañeros y según recomendaciones de las sociedades españolas científico-asistenciales.

Hoy en día, más que nunca, se ha de valorar el esfuerzo de las personas,  de la gente que quiere trabajar bien y a gusto, que independientemente de tener los medios limitados o escasos en el día se da el mejor servicio posible gracias al entendimiento mutuo y al diálogo paciente-familiar-profesional sanitario y no sanitario. Reconociendo el potencial y el valor que añaden las personas a cualquier sistema de gestión iremos por el buen camino para la búsqueda de la excelencia. Algo que nos diferenciará del resto, la implicación de las personas y actitud abierta, dispuesta a continuar la buena labor que han hecho hasta el momento. No es momento de desfallecer, es momento de reinventarnos y continuar con más ánimo si cabe, porque la dificultad es mayor. Allí esta el reto.

Mariola Villagrasa

Responsable de la Unidad de Calidad y Medio Ambiente del Hospital de Manacor.